Esta que voy a contar ahora tampoco es que sea estar muy muy cerca de la muerte, aunque sí que se puede considerar lo que más cerca he estado, además que es muy curiosa, con un final totalmente impredecible, tanto que hay mucha gente que no se la cree cuando se la cuento, cosa que en el fondo me parece comprensible
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Estaba yo volviendo a altas horas de la tarde (sobre las 8 o así, siendo ya de noche al ser invierno) de la universidad para volver a casa de camino a la estación de tren, cuando de repente me surgen dos tios y se ponen en mitad del camino soltándome que les diera todo lo que llevaba encima y demás.
Yo intento negociar con ellos, para librarme del tema, pero parecía que no estaban muy dispuestos y ya sacan las navajas para amenazarme, total al final se llevaron todo lo que llevaba encima... pero siendo todo lo que llevaba un triste móvil tan viejo que has los ladrillos de Nokia serían en comparación un móvil de última generación, además que tuvieron el "detalle" de devolverme la tarjeta.
Tras esto se fueron en dirección contraria a la de la estación y yo me dirigí allí y de repente los veo venir y... uno de ellos veo que me da el móvil, diciéndome que con ese móvil los moros de su barrio apenas les iban a dar nada por ese móvil, que no era plan lo que habían hecho por que era un chaval legal como ellos, que ya si me volvían a ver no me hacían nada y que si quería me invitaban a unos porros.
El caso es que me quedé hablando con ellos hasta que llegó el tren en plan normal.