_________________

_________________
-Yo creo- dijo Tehanu con su voz suave y extraña-, que cuando muera, podré respirar otra vez el aire que me dio la vida. Podré devolverle al mundo todo lo que no hice. Todo lo que pude haber sido y no fui. Todas las elecciones que no hice. Todas las cosas que perdí y que dejé ir y que desperdicié.

Podré devolvérselas al mundo. A las vidas que aún no han sido vividas. Ése será mi obsequio para el mundo que me dio la vida que sí viví, el amor que amé, el aire que respiré…

_________________
Estoy entre la Luz y la Oscuridad, pero no importa, porque soy lo que hay entre la Luz y la Oscuridad.

Precisamente elegí ese texto contra el exagerado biologismo que diferencia entre hombres y mujeres porque nadie puede dudar de que desde ese punto de vista también es inatacable la existencia de la agresividad masculina

Por supuesto que tenemos características que podríamos llamar masculinas o femeninas por comparación con otras especies. Por supuesto que podemos observar en términos generales más agresividad, o al menos más agresividad violenta entre los machos que entre las hembras (no en la mantis religiosa, claro). Por supuesto que podemos observar que entre las mujeres se dan más instintos maternales, más tendencia a cuidar de los hijos.

Eso es obvio, pero esas características y muchas otras se deben no a nuestra parte humana, sino a nuestra parte animal, es decir masculina o femenina. Si lo humano se desarrolla, irán disminuyendo más y más estas diferencias y todas las demás. Ya se puede observar, lamentablemente, la misma agresividad masculina en mujeres soldado, y también se puede observar, afortunadamente, más atención a los hijos por parte de los padres. La adopción de hijos por parejas homosexuales e incluso su gestación cambiará muchísimas cosas y romperá con muchos tópicos que sostienen que uno está obligado a comportarse de una u otra manera según lo que tenga entre las piernas.

Lástima que luego no se pueda resistir a hacer un poquito de exageración acerca de las "mujeres soldado" (cada día habrá más mujeres-soldado: las mujeres son más pobres y toman los empleos menos deseables...), y eso es lo peor de la actitud de muchos hoy en día: que utilizan casos anecdóticos para atacar realidades que les molestan.

Peor aún es la tendencia histórico del varón a descargar su mala conciencia inventando mitos insultantes para la mujer, o exagerando otros. Muchos de estos mitos, como la Eva pecadora del paraíso, Lady Macbeth o Carmen son puras invenciones. Por una mujer psicópata real (probablemente con problemas hormonales) se hace una película más o menos documental, a la que acompañan cientos de "femme fatales" del celuloide totalmente ficticias.

Con todo, yo prefiero creer en el ambientalismo mientras no se demuestre lo contrario, pero nadie puede negar la agresividad masculina, la abismal diferencia registrada entre los delitos violentos entre varones y mujeres. Otra cosa es que a esto se le quite importancia en cuanto al desarrollo cultural humano.

Podía haber puesto algo, por ejemplo, de Michel Ghiglieri, primatólogo que colaboró con Jane Goodall (la de la coleta...), autor de "El lado oscuro del hombre. El origen de la violencia masculina", pero en su libro un poco aterrador hasta yo me doy cuenta de que exagera al equiparar la agresividad masculina como heredera directa de la brutalidad del "macho dominante" simio. En su libro incluye estadísticas aterradoras (no sé hasta qué punto serán ciertas) de que el 99 % de los varones se excitan viendo escenas de violaciones y que el 50% de las mujeres tienen fantasías sexuales acerca de ser violadas (y luego se avergüenzan de tenerlas...).

Cuesta trabajo creer que la agresividad masculina no tiene nada que ver con la violencia humana. Aparentemente, los antropólogos han dedicado poca importancia a este asunto. Si no, no se explica cómo un divulgador tan conocido como Marvin Harris atribuye el origen de la guerra a la disputa por unos recursos económicos escasos antes de que se conociera el control de la natalidad (todos los pueblos primitivos practican un control de natalidad eficaz: el infanticidio, que incluso en la Roma clásica gozaba de la misma permisibilidad que el aborto hoy).

Jared Diamond ("Armas, gérmenes y acero") y Napoleon Chagnon ("The fierce people") son pesimistas acerca de la agresividad de los pueblos primitivos, considerando que hasta la tercera parte de la población masculina más próxima al paleolítico (Nueva Guinea y alto Orinoco, respectivamente) muere de forma violenta, y no, desde luego, porque disputen por los recursos, sino más bien por causas "emocionales": venganza de ofensas, búsqueda de prestigio.

Como yo he fantaseado acerca de una humanidad altruista que dejaría atrás los prejuicios culturales del pasado (ahí es donde insisto que está la cuestión), la desaparición de conductas violentas sería el objetivo primero alcanzar, tras el cual la humanidad alcanzaría las más altas cotas de cooperación... Incluso los científicos cooperarán en lograr hallazgos en biología molecular, en lugar de hacerse la competencia unos a otros disputando contratos de empresas farmacéuticas, como ahora...

En este camino, la agresividad masculina -se me ocurre- tendría que ser una cuestión a solventar. Por supuesto, hoy en día lo más aceptado es una solución "ambientalista": unos buenos papás, un buen colegio, un buen entorno en general, reducirá la agresividad a una sana impulsividad. Hay quien ni siquiera cree eso, como Steve Pinker, que ha escrito un libro llamado "La tabla rasa" en la cual critica el ambientalismo y defiende la posición de que la herencia genética es predominante (lo que incluye la agresividad masculina...).

Si creemos en el ambientalismo, como el autor del artículo que yo resalté, podemos contar con que la masculinidad no será un grave handicap para alcanzar una humanidad altruista futura.

Pero lo que planteo en mi historia es que una humanidad aaltruista que haya desechado la totalidad de prejuicios culturales previos... tendrá un gran interés en acabar con la agresividad y muy poco en conservar la diferenciación entre sexos. ¿Para qué dos sexos, si ya no van a ser necesarios para la reproducción? Está bien asumir costes (creación de un entorno especial que aplaque la agresividad masculina), pero ¿por qué asumirlos por algo de poco interés? Ésa es la forma en que yo planteo la posibilidad de que la humanidad del año 3000 ya esté formada sólo por mujeres.

Los escritores de sci-fi se han interesado por estas cuestiones. Theodore Sturgeon inventó una cultura en la que se diseñan seres hermafroditas (yo me dije, ¿y para qué tanto trabajo, si es relativamente fácil que las mujeres puedan reproducirse solas mediante la genética?). Michel Houellebecq en "Las partículas elementales" inventa unos hombres genéticamente alterados que son "neutros" (aunque tienen, por lo visto, una fantástica vida erótica), luego en "La posibilidad de una isla" opta por los clones y una especie de apatía sexual.

Personalmente, veo tantos inconvenientes en la masculinidad, que me pregunto qué interés podría tener una cultura futura en mantenerla. Hoy por hoy, mencionar esto por lo visto hiere el amor propio de muchos varones, como decir que en el futuro sólo se hablará inglés hiere el amor propio de muchos hablantes de otras lenguas, pero eso son posicionamientos culturales del mundo de hoy, y no tienen por qué ser los puntos de vista del mañana.

Curiosamente, nadie me ha planteado la objeción principal, así que lo haré yo mismo: una cultura humana futura basada en el altruismo, y que rechaze todos los primitivismos ¿no podría dejar de desear reproducirse?, ¿no se extinguiría a sí misma por puro desinterés en que alguien les suceda? Naturalmente, esto sería antes del hallazgo de la inmortalidad biológica.

Al fin y al cabo, la idea de futuro es una ficción: nuestros hijos nos suceden, los soldados mueren, pero la patria vive, el radiante porvenir del socialismo de las generaciones futuras...

_________________
Nunca he encontrado una persona tan ignorante que no se pueda aprender algo de ella. - Galileo Galilei